¡Shabbat Shalom! Parashá VaYetzé

En la lectura de esta semana de los profetas, Dios manifiesta Su abundante misericordia a Su pueblo. A pesar de todos los actos fieles de HaShem en el pasado, Israel no está segura de volver a Él (ver Oseas 11:7). Debido a esta falta de respuesta, el pueblo merece ser entregado a la destrucción, pero la rica compasión de Di-s no le permitirá hacerlo. Este no es un ejemplo que enseñe que uno puede hacer lo que quiera y que Di-s lo perdonará, sino que la magnitud de Su misericordia debería hacer que uno se humille y se arrepienta. El punto que se está planteando es que a veces no es la ira o el juicio de Di-s lo que hace que las personas se alejen del pecado y busquen a HaShem, sino más bien Su amor incondicional. En la haftará de esta semana, uno aprende que HaShem no está enojado sólo contra Efraín, sino también contra Judá.

En esta sección, Di-s enumera un par de cosas que le causan agravio en relación con Jacob. Primero, que Jacob agarró el talón de su hermano mientras estaba en el vientre, segundo, que luchó con Di-s, es decir, el Ángel, y prevaleció sobre él (ver Oseas 12:3-5). La palabra hebrea para luchar es el mismo verbo del cual proviene la palabra “Israel”. Estas cosas que se enumeran generalmente se consideran cosas positivas, entonces, ¿por qué HaShem tendría un agravio con Jacob por ellas? Ambos actos no se basaron en la fe, sino en el poder físico. Sí, Jacob quería las cosas apropiadas, la primogenitura y ser bendecido; pero luchó por ellas a través de medios carnales en lugar de ejercer la fe. Estos son ejemplos perfectos de que el fin no justifica los medios.

En otras palabras, puedes estar en el camino correcto y perseguir los objetivos correctos, pero si no ejerces fe y confianza en Di-s, sino que confías en tus propias habilidades, incluso si lograras los objetivos, HaShem no estaría contento. No es una coincidencia que en los siguientes dos versículos se lea: “Y el Señ-r, Di-s de los ejércitos, el Señ-r es su memoria. Y a tu Di-s te arrepentirás; observarás misericordia y justicia y esperarás en tu Di-s siempre”. Oseas 12:6-7 Estos dos versículos nos recuerdan que el poder y las habilidades de Dios no tienen límites (Y el Señ-r, Di-s de los ejércitos). También aprendemos que la única manera de agradarle es comportarnos siempre de una manera que recuerde Quién es Él y lo que nos ha dicho (el Señ-r es su memoria). Finalmente, sólo con Su ayuda podremos arrepentirnos (Y con tu Di-s te arrepentirás) y comportarnos con bondad y hacer justicia a los demás (observar la bondad y la justicia). Porque de eso se trata poner nuestra esperanza en HaShem (y esperar siempre en tu Di-s).

Oseas, más que cualquier otro profeta, habla de la abundante misericordia y el amor incondicional de Di-s. Quizás por eso Mateo elige un versículo de Oseas para hablar de por qué Yeshúa regresó de Egipto: “… de Egipto llamé a mi Hijo”. Mateo 2:15

El uso de este versículo revela que HaShem llamó a Yeshúa de regreso a la tierra de Israel y a Su pueblo para que a través de Yeshúa la abundante misericordia y el amor incondicional de Di-s pudieran ser ofrecidos primero a Israel y luego al mundo.