Porción de la Torá: Tazría (concebirá)
Lectura de la Torá: Levítico 12:1-13:59
Lectura Profética: Ezequiel 45:16-46:18
Lectura de Maftir: Éxodo 12:1-20
Un breve comentario de Baruch para la porción de esta semana.
Parashá Tazría
“Di-s utiliza a las personas que están más interesadas en responderle”
El mes de Nisán es un mes muy especial porque en él tuvo lugar el Éxodo de Egipto. La Pascua, la Fiesta de la Redención, tiene un gran significado; por lo tanto, los sabios de la antigüedad ordenaron que para el Shabat justo antes de Nisán, toda la comunidad debía leer, además de la lectura habitual de la Torá, la sección del libro del Éxodo que trata sobre Pesaj. Además, la lectura de los Profetas se relaciona con Pesaj este Shabat, más que con el parashá semanal.
En el parashá se lee que después de que una mujer da a luz, queda ritualmente impura. Esto se debe a la sangre que acompaña al nacimiento de un niño. Se le exige que traiga dos ofrendas para responder a su impureza ritual. El primer sacrificio es una ofrenda de elevación, mientras que el segundo es una ofrenda por el pecado. ¿Por qué HaShem requirió estas ofrendas, especialmente la ofrenda por el pecado, cuando la mujer no necesariamente pecó? Primero, es necesario recordar que el pecado no tiene por qué implicar alguna acción mala. El pecado en su significado más básico es lo opuesto a lo que es Santo. Por lo tanto, debido a que la sangre está presente en un parto y la sangre debe ser respetada debido a su gran significado espiritual, el texto enfatiza que incluso en un evento alegre como el nacimiento de un niño uno debe recordar su responsabilidad de tratar la sangre con el respeto que merece.
Es muy significativo que se mencione primero la ofrenda de elevación. Este hecho arroja luz sobre por qué la mujer realiza estas ofrendas en primer lugar: quiere que HaShem sea exaltado. Entre las muchas cosas que uno puede aprender de este pasaje está la verdad bíblica de que todas las cosas que se nos proporcionan son para glorificar a nuestro Señ-r. Es muy fácil para nosotros olvidar esta verdad, especialmente cuando nos enfrentamos al nacimiento de un nuevo hijo. No basta con que en algún momento durante las primeras semanas del nacimiento demos gracias a HaShem, sino que lo hagamos no sólo en la forma que HaShem dice, sino también en el momento que Di-s requiere. Esto nos recuerda que debemos seguir Su horario, en lugar de responderle cuando nos conviene.
No hay que olvidar que obedecer este mandamiento implicaba ir a Jerusalén. Ciertamente, viajar en un momento así no sería fácil, pero manifiesta el compromiso de uno no sólo con HaShem, sino incluso con las cosas que se relacionan con Él. Creo que es muy esclarecedor que los padres terrenales de Yeshúa, Yoseph y Miryam, demostraran este tipo de obediencia y compromiso con HaShem.
“Cuando se cumplieron los días de su purificación según la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al SEÑ-R, como está escrito en la ley del SEÑ-R: Todo varón que abre la matriz deberáser llamado santo al SEÑ-R’, y ofrecer sacrificio conforme a lo que está dicho en la ley del SEÑ-R: ‘Un par de tórtolas o dos palominos’”. Lucas 2:22-24
Estos versículos revelan que Di-s usa a las personas que están más interesadas en responderle como enseñan las Escrituras, independientemente de sus circunstancias personales.