¡Shabbat Shalom! Parashá Vayigash

Según los antiguos sabios judíos, Egipto simboliza el mundo. Es decir, se puede aprender mucho sobre las costumbres del mundo estudiando cómo se comportó Egipto en las Escrituras. En la parashá de esta semana, se aprende que los hijos de Israel no vivieron con los egipcios durante los 430 años que estuvieron allí. Más bien, la Biblia afirma que los hebreos vivieron en un lugar llamado Gosén. ¿Por qué? Algunos afirman que para que los hebreos no se integraran a la sociedad egipcia. Si bien esto puede ser cierto, según el Talmud, Israel descendió espiritualmente durante este tiempo, incluso hasta el nivel 49 de impureza. No era tanto que los hebreos no quisieran vivir con los egipcios, sino que los egipcios no querían vivir con los hebreos. ¿Por qué? La respuesta se encuentra al final del capítulo 46. Allí, José les dijo a Jacob y a sus hermanos que informaran al faraón sobre su sustento.

Y dirás: “Hombres de ganado fueron tus siervos desde nuestra juventud hasta ahora; también nosotros y nuestros antepasados, por tanto, nos estableceremos en la tierra de Gosén, porque es abominación para los egipcios todo pastor de ovejas.” Génesis 46:34

Este versículo tiene un doble cumplimiento. Naturalmente, era cierto y aplicable en su contexto original, pues los egipcios sentían un profundo desprecio por un pastor. Sin embargo, su cumplimiento profético se encuentra en el futuro, cuando el mundo (que Egipto personifica) sentirá desprecio por el Gran Pastor, el Mesías Yeshúa.

Es muy significativo que en Juan capítulo 10, Yeshúa se llame a sí mismo “el Buen Pastor”. También afirma que “el Buen Pastor da su vida por las ovejas” (véase Juan 10:11). Aunque el Mesías enseña enfáticamente que Él da su vida y nadie se la quita, es evidente que el mundo en general odió, odia y odiará al Buen Pastor (véase Juan 7:7).

Es verdaderamente triste que de la misma manera que se lee en nuestro parashá, La abominación de Egipto es todo pastor; asimismo, el mundo cada vez menosprecia más la verdad sobre Yeshúa. Aunque esto es verdaderamente triste, no se desesperen; más bien, reconozcan que es una señal de que nuestra redención se acerca, es decir, el regreso del Mesías Yeshúa y el establecimiento de su Reino.

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