Venid á mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar. 29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. 30 Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. Mateo 11:28-30 (Reyna-Valera – 1909)
PAZ EN LA TORMENTA
Si estás pasando por un tiempo obscuro y tenebroso; y te sientes perdido y confundido, confía en Yeshúa (Jesús). Él te guiará y te cuidará ya que Él lo prometió, pero es solo si eres un creyente y eres salvo por Su obra redentora en el Calvario. ¡Tened fe en Él; Él te sustentará!
Maestro Se Encrespan Las Aguas
1 Maestro, se encrespan las aguas, y ruge la tempestad,
los grandes abismos del cielo se llenan de obscuridad.
¿No ves que aquí perecemos? ¿Puedes dormir así,
cuando el mar agitado nos abre profundo sepulcro aquí?
CORO:
Los vientos, las ondas oirán tu voz, “¡Sea la paz!:
Calmas las iras del negro mar,
las luchas del alma las haces cesar,
y así la barquilla do va el Señor
hundirse no puede en el mar traidor.
Doquier se cumple tu voluntad:
“¡Sea la paz! ¡Sea la paz!”
Tu voz resuena en la inmensidad: “¡Sea la paz!”
2 Maestro, mi ser angustiado te busca con ansiedad,
de mi alma en los antros profundos se libra cruel tempestad;
pasa el pecado a torrentes sobre mi frágil ser.
Y perezco, perezco, ¡Maestro! ¡Oh, quiéreme socorrer!
3 Maestro, pasó la tormenta, los vientos no rugen ya,
y sobre el cristal de las aguas el sol resplandecerá.
Maestro, prolonga esta calma, no me abandones más:
Cruzaré los abismos contigo, gozando bendita paz.
“Dios te bendiga hoy, mañana y siempre”